Mitología
La tradición oral, transmitida de generación en generación, cuenta así el nacimiento mítico del río Sinú
Hace muchos años el indio Zenú Domicó poseía toda la naturaleza y estaba empeñado en encontrar el fruto sagrado. Sabía que lo encontraría en la cúspide misma del Murrucucú. Domicó era un hombre con mucha malicia y no le importaba el castigo o recompensa de los dioses del Sinú…él solo quería el totumo de oro y nada más. Pero su tarea no era fácil, tenía que sortear ¡tantas dificultades! y tener un ojo de águila porque el totumo estaba perdido en el arrullo del viento. Los días pasaron y por fin pudo encontrar el árbol de totumo. Mágicamente el fruto sagrado salió del viento y Domicó lo tomó para si. Después de tantos días era preciso descansar, así que se quedó dormido bajo un frondoso árbol. Contento por haber logrado tal hazaña, se levantó al cabo de unas horas dando brincos y saltos, pero la magia ya no estaba con él y tropezó con un tronco seco que estaba en el suelo, no pudo contener su caída y el viento celoso le arrebató el totumo de oro, perdiéndose en la infinidad el sagrado fruto. Éste se abrió y una tonalidad verdosa apareció y lentamente fue saliendo de su interior un hilillo de agua que formó al Sinú. Atónito Domicó presenciaba semejante acto bondadoso de la naturaleza. Entonces tomó un poco de agua y la tiró hacia arriba. No sabiendo si estar triste por haber perdido el fruto o contento por el nacimiento del río, se quedó dormido nuevamente. El Sinú fue a buscar nacimiento a un cerro más alto que el Murrucucú y llegó hasta el nudo del Paramillo, donde se instaló.
tomado de:https://es.wikipedia.org/wiki/R%C3%ADo_Sin%C3%BA 19/02/2019
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